T3 ARTÍCULOS Y SUS CARACTERÍSTICAS
Tal y como señala R. Day, "la ciencia es una actividad fundamentalmente social". Esa condición antepone el objetivo de la investigación científica, que no es otro que la "reproducibilidad": hacer ciencia y escribirla. Para que un científico sea reconocido como tal, necesita informar de lo que ha hecho, por qué lo ha hecho, cómo la ha hecho y lo qué ha aprendido al hacerlo. Esta expresión se desarrolla mediante los artículos científicos. Y el documento científico por excelencia para ello, es el paper: publicación científica primaria aceptable, que describe resultados originales de investigación, escrito de forma clara y concisa para que su comprensión sea plena, con una estructura uniforme que ayude al arbitraje -incluiríamos aquí la revisión por pares, peer review-.
A partir de estas raíces, los autores de las lecturas recomendadas, R. Day, R. Pérez y J. R. Pérez, nos pautan las diferentes opciones de organización y medios de divulgación, que junto con las herramientas disponibles para utilizar la información y buscar la documentación científica, ayudarán a los científicos a expresar la ciencia a los diferentes públicos existentes. Las lecturas de referencia nos introducen al objetivo final de todo científico: un trabajo científico no se puede considerar terminado a menos que haya sido publicado. Entre las páginas recomendadas encontramos, desde la utilización de un lenguaje apropiado, que huya de las dificultades de comprensión, hasta los diferentes escenarios donde se divulgarán los resultados de la investigación científica -seminarios, congresos, mesas redondas, simposios...-, pasando por la actividad científica que se ocupa de la recogida y análisis de documentos científicos -implicando la recogida , el análisis y el almacenamiento de documentación como el elemento estático y a la difusión y utilización, como el elemento dinámico, en el importante proceso de transferencia de la información-. Indicaciones que tienen como finalidad el éxito del proceso de creación científica.
Entre todo esto, es cierto que me ha parecido de especial interés lo se conoce como IMRAD. Si la finalidad de la publicación científica es la permanencia, que esté a disposición a la comunidad científica sin restricciones y que sea asequible a los servicios de recuperación para la divulgación de esa información, es necesaria una uniformidad en la estructura de los artículos científicos. Para conseguir los requisitos señalados y que la publicación sea válida, la estructura debe mantener una introducción al tema -orientar al lector sobre el problema que se investigó, citar a bibliografía y algo del trabajo previo que sea muy relevante para hacer la investigación que se presenta-; un método -especificación profunda, que ayude a otros científicos a reproducir los resultados de la investigación-; resultados finales -descripción general de los experimentos, una idea del trabajo que se hizo, sin reiterar los dicho anteriormente en los métodos-; y finalmente, la discusión -efecto que ayude a comparar resultados, señalando concordancias, discrepancias y aclaraciones, que aborden la implicación de si se va a llevar a la práctica; y desde luego, varias conclusiones que mencionen el significado de los resultados-.
A partir de estas raíces, los autores de las lecturas recomendadas, R. Day, R. Pérez y J. R. Pérez, nos pautan las diferentes opciones de organización y medios de divulgación, que junto con las herramientas disponibles para utilizar la información y buscar la documentación científica, ayudarán a los científicos a expresar la ciencia a los diferentes públicos existentes. Las lecturas de referencia nos introducen al objetivo final de todo científico: un trabajo científico no se puede considerar terminado a menos que haya sido publicado. Entre las páginas recomendadas encontramos, desde la utilización de un lenguaje apropiado, que huya de las dificultades de comprensión, hasta los diferentes escenarios donde se divulgarán los resultados de la investigación científica -seminarios, congresos, mesas redondas, simposios...-, pasando por la actividad científica que se ocupa de la recogida y análisis de documentos científicos -implicando la recogida , el análisis y el almacenamiento de documentación como el elemento estático y a la difusión y utilización, como el elemento dinámico, en el importante proceso de transferencia de la información-. Indicaciones que tienen como finalidad el éxito del proceso de creación científica.
Entre todo esto, es cierto que me ha parecido de especial interés lo se conoce como IMRAD. Si la finalidad de la publicación científica es la permanencia, que esté a disposición a la comunidad científica sin restricciones y que sea asequible a los servicios de recuperación para la divulgación de esa información, es necesaria una uniformidad en la estructura de los artículos científicos. Para conseguir los requisitos señalados y que la publicación sea válida, la estructura debe mantener una introducción al tema -orientar al lector sobre el problema que se investigó, citar a bibliografía y algo del trabajo previo que sea muy relevante para hacer la investigación que se presenta-; un método -especificación profunda, que ayude a otros científicos a reproducir los resultados de la investigación-; resultados finales -descripción general de los experimentos, una idea del trabajo que se hizo, sin reiterar los dicho anteriormente en los métodos-; y finalmente, la discusión -efecto que ayude a comparar resultados, señalando concordancias, discrepancias y aclaraciones, que aborden la implicación de si se va a llevar a la práctica; y desde luego, varias conclusiones que mencionen el significado de los resultados-.
Buen resumen del tema. Conocer IMRAD demás ayuda mucho a la hora de enfrentarse a escribir (lo hace un poquieto menos difícil)
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